Es sabido que el desarrollo de las nuevas tecnologías, especialmente las de la información y de la comunicación, es acelerado y se arraiga con mayor facilidad en las nuevas generaciones. Este impacto tiene, precisamente, consecuencias en la forma en que los niños y jóvenes aprenden, se comunican, viven.
Esto representa un desafío para quienes nos dedicamos a la enseñanza, porque todo acto pedagógico precisa de “puentes” que el docente pueda establecer con sus alumnos. Se trata de conocer sus gustos e intereses, códigos, lenguajes, de comprender cómo los alumnos construyen conocimiento, cómo entienden la realidad que los rodean y de la cual son parte.
Este año se propuso como tema eje de trabajo institucional las “Nuevas Tecnologías en la Escuela Hoy”, con el fin de estimular la reflexión sobre ¿cómo identificar las inclusiones genuinas de tecnología en educación? ¿qué papel juega el conocimiento y su construcción? ¿cuáles son las posibilidades de docentes y alumnos para acceder y apropiarse de las nuevas tecnologías? Y aún más, tal como nos invita la reciente muestra de artistas wardenses ¿cómo inciden las tecnologías en la sensibilidad humana?
Estas y otras son preguntas que sin duda se despiertan en todos los que realizan esta tarea con pasión y con la esperanza de desarrollar el potencial de sus alumnos.