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“Y lo acostó en un pesebre…”

Reflexión del Capellán sobre esta Navidad

... Y lo acostó en un pesebre, porque no había sitio para ellos en la posada. (Lc. 2:7)

¿Habrá este año, en nuestras casas, Navidad?

El relato del evangelista nos recuerda las dificultades que encontraron José y María para poder llegar a dar a luz a su hijo. Aquél que de grande dirá: “llamad y se os abrirá” no encuentra lugar para llegar a este mundo y nacer. Para sus padres las puertas de aquellas casas permanecieron cerradas, fortalezas llenas del egoísmo de los que sabemos vivir muy cómodos con lo que ya conocemos…

Pero la navidad tiene que ver con un nacimiento y los nacimientos siempre están llenos de sorpresas, de sacarnos de nuestras comodidades y llevarnos a lugares que no podemos dominar fácilmente…

Jesús tiene que ir a nacer fuera de la ciudad, también morirá fuera de ella.

Quizás nos produzca enojo el rechazo de aquellos que cerraron sus puertas, nosotros somos gente educada, nos repugna el hecho de saber que un niño no tenga un buen lugar para nacer. No, no lo vamos a dejar afuera, Pero podemos llegar a sospechar de la incomodidad que nos trae este nacimiento y llenos de finos modales, llegaremos a lograr que su presencia nos resulte inofensiva, inocua, que no moleste… Nos hacemos una navidad a nuestra medida, para nuestra comodidad… En vez de hacernos cargo de ese niño que nace con todo lo que eso implica.

Pero este niño entre otras cosas viene a traernos alegría y paz, quiere enseñarnos que lo importante está en lo pequeño, en lo desprotegido, en el que sufre y nos necesita, como un niño cuando nace, quiere que descubramos allí la alegría y que esa alegría nos de su paz… Pero también podemos correr el riesgo de no dejarlo nacer en nuestras casas si cambiamos el contenido por la forma, si cambiamos valor por precio, si nos quedamos con el árbol, las luces, el pesebre e incluso con ese ser tan extraño al nacimiento pero tan presente en Navidad como es Papá Noel…

Quiera Dios que este año haya Navidad en nuestras casas, y que esto sea para que disfrutemos de aquella paz que cantaban los ángeles al ver este nacimiento: “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a las personas de buena voluntad”.

Pablo Bordenave

Capellán

pbordenave@ward.edu.ar