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Características de la Educación Metodista

Una perspectiva latinoamericana

La difusión de la educación metodista en América Latina y en el mundo es amplia y diversa. Tiene diferentes expresiones. Se lleva a cabo a través de la educación formal en instituciones educativas que están al servicio de los distintos subsistemas de enseñanza, que van desde la educación inicial hasta la educación superior, en algunos casos universitaria, pasando por la educación escolar y media en sus dos modalidades de formación secundaria y formación técnico profesional.

Se lleva a cabo además con diferentes propuestas de educación en la fe, en instancias más acotadas, reservadas al ámbito congregacional, como son las tan queridas y valiosas escuelas dominicales, campamentos, escuelas de vacaciones, clubes de niños y adolescentes, talleres y estudios bíblicos.

Toda esta variedad de expresiones, constituye una riquísima herencia de la profunda vocación educadora que caracteriza a la Iglesia Metodista y que hunde sus raíces en el Metodismo fundacional.

Por otro lado, es importante señalar que la Iglesia Metodista, junto con sus instituciones educativas han gestado y gestan propuestas, proyectos y sueños, que permiten sostener la esperanza en el valor supremo, inalienable de la vida humana y su dignidad. En ese sentido, consolidan la esperanza desde el ámbito específico de la educación, a pesar de los costos humanos y sociales que significa defender la democracia y la justicia.

La Iglesia Metodista privilegió a la educación como espacio evangelizador y campo de misión, siendo nuestras instituciones educativas los exponentes más visibles.

EL APORTE ESPECÍFICO DE LA EDUCACIÓN METODISTA

Históricamente la educación metodista hizo hincapié en la formación de personas libres. Fiel a la tradición protestante promovió el desarrollo de la conciencia personal. De ahí la importancia que adquirieron en nuestras aulas hasta el momento actual, el diálogo, la reflexión y la discusión de ideas.

Esta filosofía dialogal alentó permanentemente la actualización de las propuestas pedagógicas y el desarrollo de nuevas metodologías y tecnologías para el trabajo en el aula.

Coherente con el mensaje del Evangelio, se considera que las instituciones educativas metodistas pueden ser proféticas y promotoras de los valores cristianos, ser espacios de humanización y de integración en una sociedad que excluye, margina y deshumaniza.

Una de las señales fundamentales de la educación metodista, es que posee un espíritu INNOVADOR.

Señalamos algunos logros importantes que se concretaron en las propuestas educativas de los colegios metodistas, en el transcurso del tiempo y que son justamente consecuencias, de ese espíritu innovador:

-          La educación mixta y la coeducación,

-          Preocupación por la mujer y su dignidad,

-          La enseñanza de la economía doméstica,

-          El diálogo como método pedagógico,

-          La educación científica,

-          La enseñanza de los idiomas modernos con el inglés y el francés,

-          La educación física como parte del currículo,

-          La inclusión de la educación inicial como etapa fundamental en la vida para la formación de la personalidad,

-          El desarrollo de métodos activos que condujeran a la libertad y la autonomía de los educandos.

Como dato interesante es importante mencionar que los colegios metodistas en América Latina fueron los primeros en construir laboratorios, para el uso directo de los alumnos, como respuesta didáctica a la exigencia de la experimentación, dentro de las etapas estipuladas por el método científico.

Estas características que definieron a la educación metodista desde sus comienzos, han permanecido vigentes en su filosofía, con las adaptaciones pertinentes a los cambios y situaciones vividas por nuestras sociedades a lo largo del tiempo.

POSIBILIDADES Y DESAFÍOS FRENTE A LAS DEMANDAS DE UN NUEVO TIEMPO

En 1997 se crea como expresión de la voluntad unánime de las Instituciones Educativas Metodistas de América Latina, ALAIME: Asociación Latinoamericana de Instituciones Metodistas de Educación. Esta asociación reúne en su seno a casi 100 instituciones educativas de todos los niveles, inclusive 4 universidades: dos en Brasil, una en México y otra en Argentina, que representan a 9 países de nuestro continente. Estas instituciones atienden a una población estudiantil de 80.000 a 100.000 alumnos, aproximadamente.

El tema más sustancial que ha alentado el diálogo de las instituciones afiliadas a ALAIME, es la cuestión de la identidad de las instituciones metodistas y las implicancias que tiene la educación metodista.

El ser instituciones educativas confesantes, es más que pertenecer a una institución religiosa o confesional, en nuestro caso la Iglesia Metodista. Ser confesante es asumir plenamente el compromiso de declarar a Jesucristo como Salvador, Señor y Libertador. Esta confesión permea la totalidad de la vida institucional, es decir, la formulación de políticas y estrategias educativas, dar sentido al discurso pedagógico, orientar la elaboración de planes y proyectos, inspirar el ejercicio de la docencia, la realización de actividades y la acción administrativa.

Dado que el Evangelio se encarna en la realidad social y ésta es permanentemente cambiante y desafiante, es necesario atender en la formación de las nuevas generaciones de estudiantes la actualización en lo científico tecnológico, la sensibilidad y la libertad para una integración creativa y crítica en los nuevos modelos o paradigmas sociales emergentes y la postura ética que permita sostener los valores de lo humano y sus derechos, por encima de todo otro valor.

Sólo una educación que promueva la libertad de pensamiento, el espíritu crítico, la participación y el copensamiento, la solidaridad, podrá alentar en educandos y docentes la meta de una sociedad más justa y solidaria donde la discriminación, la exclusión, la violencia y la pobreza no sigan destruyendo al ser humano en su dignidad y calidad de vida, como hijo de Dios.

Algunos deberes ineludibles que tiene que asumir la educación metodista, donde quiera ésta se dé.

1. Buscar y plantear una verdadera coherencia entre estructuras organizativas y los valores que se quieren sustentar de manera que permitan estas estructuras justamente, expresar y vivir los mismos.

2. Favorecer al máximo el uso correcto de la tecnología de avanzada, llave maestra para comprender y vivenciar el mundo de hoy y mantener a la vez un marco ético claro, que promueva un uso responsable de la tecnología y el avance científico, ambos al servicio del hombre y la mujer de hoy, y no en desmedro de su dignidad y su calidad de vida.

3. Valorar la institución educativa como modelo de convivencia democrática desde las etapas más tempranas de la vida, donde lo individual y lo colectivo, están al servicio de una convivencia respetuosa y solidaria.

4. Aceptar como desafío, el presentar claramente la pertinencia de este espacio educativo en el panorama general de sociedades complejas, donde coexisten una amplia gama de proyectos educativos, que sustentan valores muchas veces antagónicos a los nuestros y que llevan a una gran confusión.

En ese sentido, un documento conjunto de los colegios metodistas de Argentina y Uruguay, sostiene: “que los colegios (metodistas) deben buscar puntos de anclaje que permitan jerarquizar lo trascendente ante lo efímero, lo permanente de lo mutable”.

Se afirma también en ese documento que como metodistas somos: cristianos evangelizadores, ecuménicos, comprometidos con la defensa de la vida y los derechos humanos, respetuosos de la diversidad y practicantes de la solidaridad.

¡¡QUE ASÍ SEA!!

Mag. Marcos Rocchietti

Secretario Ejecutivo de ALAIME Montevideo - Uruguay