Sin duda vivimos un tiempo en el que las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (NTICs) posibilitan el acceso a una cantidad enorme de información, impensable hasta hace sólo una década. Aún más, la irrupción de la web2.0 establece una nueva marca en términos de producción de datos, interactividad y conectividad.

Esto representa un fuerte desafío para quienes se dedican a la tarea docente: la permeabilidad de las nuevas generaciones a estos cambios, la creciente naturalización de ciertos procesos tecnológicos, la carrera para evitar quedar desactualizados, entre muchos otros.

Quizá la novedad reside en encontrar un lugar y aprender a ubicarse en un mundo en el que adultos, jóvenes, docentes y niños aprenden muchas cosas casi a la par o aún colaborativamente.

En este complejo proceso de crecimiento y aprendizaje de todos, como escuela tratamos de sensibilizar, analizar, mostrar alternativas, ponerlas en juego, evitando caer en vacíos snobismos. Pero aprovechando todo lo que las NTICs tienen para aportar o aún para cuestionarlas críticamente. Aprender a usarlas es una parte, importa también –y mucho- el saber usarlas para beneficio propio y de los demás.

Este ha sido el énfasis de trabajo a lo largo de este año en el Colegio Ward. Mucho transitado, mucho más para continuar y profundizar. Que como docentes podamos, como afirma la educadora Mariana Maggio, “imaginar los entornos tecnológicos necesarios para hacer posibles nuestros sueños pedagógicos”