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Discurso de Secundaria en el Día Internacional de la Mujer

En el Día Internacional de la Mujer, compartimos el discurso pronunciado por las Profesoras Stella Maris Gómez y Mónica Jurjevcic en la formación del Nivel Secundario.

“Cada 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Esta fecha fue establecida por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1977, en honor a todas aquellas mujeres que lucharon por la igualdad de derechos en relación a los hombres, en todo el mundo. Sin embargo, fueron varios los hechos que tuvieron lugar muchos años antes de su proclamación y que dieron origen a la fecha.

Entre los antecedentes más relevantes encontramos las numerosas huelgas por mejoras salariales, reconocimiento sindical y derecho al voto sostenidas por obreras y feministas socialistas norteamericanas entre 1908 y 1910. Desde principios del siglo XX, las mujeres se organizaron para reclamar por sus derechos individuales, sociales, laborales y políticos. En la Argentina, también fueron un importante colectivo político durante el siglo pasado, pero adquirieron mayor fuerza y presencia en las calles y en el Estado durante los años ochenta, luego del regreso de la democracia en 1983.

Hoy vamos a conmemorar este día con las palabras de un personaje muy conocido por ustedes, la actriz Emma Watson, la Hermione de las películas de Harry Potter. En el año 2014 fue nombrada como Embajadora de Buena Voluntad de ONU Mujeres y pronunció un discurso al lanzar una campaña para poner fin a la desigualdad de género.

Decía así:

‘Desde que fui nombrada embajadora hablé mucho sobre el feminismo. Me di cuenta de que hablar de la lucha por los derechos de las mujeres para algunos es sinónimo de odiar a los hombres. Estoy segura de que esto no puede seguir así.
La definición de feminismo es: <>.
Yo empecé a cuestionarme el tema de la igualdad a los ocho años, ya que no comprendía por qué me llamaban “mandona” cuando quería dirigir las obras de teatro que preparábamos para nuestros padres, pero a los chicos no se les decía lo mismo.
También a los 14, cuando algunos sectores de la prensa comenzaron a sexualizarme. A los 15, cuando algunas de mis amigas empezaron a dejar sus equipos deportivos porque no querían tener aspecto <>. Y a los 18, cuando mis amigos varones eran incapaces de expresar sus sentimientos.
Entonces decidí que era feminista. Después me di cuenta de que feminismo se ha vuelto una palabra poco popular. Las mujeres han decidido no identificarse como feministas por que, aparentemente, ante los ojos de otros, esta expresión las hace ver agresivas, anti- hombres y hasta poco atractivas. ¿Por qué se ha convertido en una palabra incómoda?
Nací en Gran Bretaña y considero que lo correcto es que como mujer se me pague lo mismo que a mis compañeros varones. Creo que está bien que yo pueda tomar decisiones sobre mi propio cuerpo. Creo que es correcto que haya mujeres que me representen en la elaboración de políticas y la toma de decisiones en mi país. Creo que socialmente se me debe tratar con el mismo respeto que a los hombres. Por desgracia, puedo afirmar que no hay ningún país del mundo en el que todas las mujeres puedan esperar que se les reconozcan estos derechos, ningún país del mundo puede decir que ha alcanzado la igualdad de género.
Considero que estos son derechos humanos, y sé que soy una afortunada. Mi vida ha sido muy privilegiada porque mis padres no me quisieron menos por haber nacido mujer; mi escuela no me impuso límites por el hecho de ser niña. Mis maestros no asumieron que yo no llegaría lejos si algún día decidía ser madre. Esas personas fueron las embajadoras y los embajadores de la igualdad de género que me permitieron ser quien soy hoy. Aunque no lo sepan ni lo hayan hecho voluntariamente, son las y los feministas que están cambiando el mundo hoy en día. Y necesitamos más personas como ellas y ellos.
Y si la palabra todavía resulta odiosa, piensen que lo importante no es la palabra sino la idea y la ambición que la respalda. Porque no todas las mujeres han gozado de los mismos derechos que yo. De hecho, las estadísticas demuestran que muy pocas los han tenido.
La igualdad de género debe ser un problema del que nos ocupemos todos, no solo las mujeres.
Los hombres también están atrapados por los estereotipos de género. Y cuando se liberen, la consecuencia natural será un cambio en la situación de las mujeres.
Si los hombres no necesitaran ser agresivos para ser aceptados, las mujeres no se sentirían obligadas a ser sumisas. Si los hombres no tuvieran la necesidad de controlar, las mujeres no tendrían que ser controladas.
Tanto los hombres como las mujeres deberían sentir que pueden ser sensibles. Tanto los hombres como las mujeres deberían sentirse libres de ser fuertes. ... Es hora de que veamos a los géneros como un conjunto en vez de como un juego de polos opuestos. Debemos parar de desafiarnos los unos a los otros.
Todo lo que sé ahora es que, realmente, me interesa este problema y quiero ayudar a que las cosas mejoren.
Y si no hacemos algo nosotros, ¿quién lo va a hacer?; y si no es ahora, ¿cuándo?
Porque la realidad es que, si no hacemos nada, tomará 75 años —o hasta que yo tenga casi 100— para que las mujeres puedan esperar recibir el mismo salario que los hombres por el mismo trabajo. Quince millones y medio de niñas serán obligadas a casarse en los próximos 16 años. Recién en el año 2086 todas las niñas del África rural podrán recibir una educación secundaria’.

Esto decía Emma en 2014.

Un informe del foro económico mundial estima hoy que faltarán 131 años para alcanzar la paridad de género. Por eso, la movilización de este año se hace bajo el lema ‘Financiar los derechos de las mujeres para acelerar la igualdad’. 

Desde la celebración de los derechos adquiridos gracias a la lucha de muchas mujeres, las manifestaciones de este 8 de marzo reclamarán la necesidad de seguir avanzando hacia una sociedad sin brechas de género, una sociedad más igualitaria, en definitiva, una sociedad con mayor calidad democrática”.