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Una mesa abundante

Propuesta litúrgica de Educación Cristiana para Pascua

El período comprendido entre la celebración de la Pascua de Resurrección y el Pentecostés, que abarca 50 días, es para los cristianos el “Tiempo de Pascua”.

Es una buena oportunidad –entonces- para recordar el sentido de la Pascua y de la resurrección de Jesús, que celebramos recientemente con alumnos y alumnas de todos los niveles educativos de nuestro Colegio. 

Compartimos aquí el relato de la propuesta litúrgica por parte del Dr. Pablo Ferrer, Coordinador del Departamento de Educación Cristiana:

 “Desde el Departamento de Educación Cristiana celebramos la Semana Santa 2023 teniendo como símbolo litúrgico convocante a la Mesa de la Última Cena, en nuestra querida Capilla.

Recordamos la Mesa de la Cena del Señor como eso que nos une. La Mesa del Resucitado es la que nos llama a sentirnos parte de un mismo caminar.

La Mesa comenzó vacía. Tercer año de Primaria se encontró con una mesa para preparar. Allí dejaron un plato y un vaso. Fueron esos elementos los que, luego de reflexionarlo como curso, decidieron compartir con otros niveles y otros cursos. 

Luego, poco a poco, con el correr de cada celebración a lo largo de tres semanas, la Mesa se fue llenando. Cada grupo fue aportando a la Mesa algún objeto que consideraban necesario para que la vida sea un poco mejor. Nos fuimos sintiendo parte de una misma mesa. Cada uno aportando sus dones para que la Mesa compartida fuera abundante.

De esta forma, hubo quienes aportaron una toalla, una palangana, una papa, un pan, huevos, fibrones, libros, etc.

Así llegamos al culto final, el de Escuela Especial. La Mesa estaba completamente llena por el paso de los grupos anteriores. Los alumnos y alumnas de Escuela Especial dejaron, durante la celebración, las herramientas que usan en la huerta, como una memoria de su don, de su aporte.

Y así pudimos, finalmente, apreciar cómo nuestra presencia y nuestros dones son necesarios para el bien de la mesa común.

Es nuestro deseo y nuestra oración que la Pascua haya sido un momento de reflexión para saber que somos parte de algo compartido, que con nuestros dones aportamos al bienestar de todos y que la mesa abundante precisa de la participación de cada uno de nosotros”.